Composición libre
Igor Sergei Klinki


 

Igor con su padre. URRS, circa 1968

Cosa llamada poema ¶
Sujeto XVII ¶
Reja ¶
Objeto VI ¶
Es mucho más sencillo ¶
Impresión XIII ¶

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COSA LLAMADA POEMA

para Cecilia Montero

también yo
                 accedí a los oscuros diálogos
que oscuramente mantenían las distintas alquimias 
                                                                      de la especie
y el silencio reunía silencios húmedos de lámparas
donde millares de conflictos atendían
                                                 técnicas
                                                        laberintos y segmentos
para arbitrar-distribuir las simples ruinas
arrebatando atardeceres y milicianos vagabundos
para que el color pierda los sus pies
                          pierda las sus manos
para que la lluvia no tenga locutorio
para que la sangre vuelva a repetir la historia
para que el dolor no guarde llaves ni exponga tumbas
pero yo
            ignorante del prodigio de la letra
extravié en un solo día muchos años
y la luz golpeó la noche y el sonido volvió a casa
todo permanece en la fragilidad del miedo
y abriga nuncas de persistente belleza
divide el par y esparce sombras
¿qué contiene la oscuridad sino otros ojos
                         otros nombres otros otros
en la infinita muerte de cadencia inquieta?
también yo
                espanté ciudades y misterios
que brillaron en la ausencia de dios y sus mitades
perfectos agonistas de incesante niebla
del amor que tienta ciegos con los ojos vendidos
del cráneo de cromo crudo de crueldades
                                             nacido de bastas
                                                        de tierra y de planetas
para conjeturar voces y almendros incipientes
arriba pierde abajo
ha visitado mundos
ni siquiera imaginados
sin saber el sabor mordisquea el ala
y expresa un momento en otros tiempos
cuanto duerme antes de cuchulain
para no mirar ver observar escudriñar
el odioso juego que nos participa
un presente olvido que no ha visto
sin arrancar pertinencias no incluídas
el corazón se inunda de estrategias
y siempre informa dudas
en qué o en quién
                          tiramos por
                                           caemos desde
pero yo
derramé el fuego bajo el asfalto
para encender el odio y glorificar la espada
porque ¿qué se lleva la muerte sino el perfil de una sonrisa
y la promesa de obstinarnos en la su sombra?
además cansa la ternura repartida de soles y lagartos
los puñados de polvo, el estiércol de los mercaderes 
                                                                      y sus templos
el estéril devenir de los milenios
éste el oficio
ésta la máquina
no hay lenguaje que lo explique sin borrar la traza simultánea
detrás está el recuerdo y mucho más atrás está lo concluído
también yo
                 multipliqué los panes
ecuacioné las formas y la vana música
sucumbí aplastado por la hermenéutica
por un instante que no deja de acosarme

ÁTICO

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

SUJETO XVII Ábaco del pueta para contar sílabas

dormido en mis errores
permanecí en la espada
soy el miedo
un amor de ciudad sin esquinas
que repercute en mi estructura podrida
royendo tigres y maizales
envuelto de latas oxidadas
   los caminos me abandonan
en un tiempo sin ventanas
tal vez —no sé— tal vez
abriría tu torpe puerto
para entorpecerte tanto
que no vieras mi latitud
sin instrumento
pobre cabeza engañada de crepúsculos
viviendo en un mueble que cae
sobre mi corazón a ras de sangre
temblada de violines
de resplandores suaves
en la triste patria de los techos
no tengo besos en los labios
sólo espuma de leerte
sólo agua amarga como fuego
imprecisa como el tiempo
         y enemiga
este mundo me necesita
para verlo sin tí
pobre amanecer cavado de trincheras
asesinado de alfileres compañeros
yo soy el territorio
                donde la historia termina

ÁTICO

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

REJA
 Camila Parker Bowles visita a Igor durante sus días de prisión en Paris, Texas. 1983
vamos mirando en círculos
otra vez se ha golpeado
el secreto
          estaba vivo
polar, amedrentado
traído de las manos
       sin la ferocidad del peine
caminado de llanuras
publicado en la frente de los idiotas
nos plana    nos papela   nos escribe

ÁTICO

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

OBJETO VI

hay mentiras tristes como lápices
que acechan desde abismos sonrientes
lo sé,
porque hago cuanto puedo

espitado de dogmas
obliterado de navajas
estoy llorando a carcajadas
sentado en mis rodillas

dominus vobiscum
dad estómagos a los pensamientos
dad niños al espacio infinito
y en el talud de la tarde
sostened tiempos y boros carbonados
para enervar las bestias
y los índices groseros

ÁTICO

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

ES MUCHO MÁS SENCILLO

Hundida en un silencio sin fondo
La noche polvorienta
Me señala el mar

Detrás del torreón
Alta y roja la luna
Sueña un poeta que la piense

De todas estas sombras
Que vagan por las calles
Dos o tres te pertenecen
Y alguna otra es mi imaginación desesperada

Pude haberte amado
En estas calles sin luz
Bajo el aire terrible de la noche más corta
En el secreto suave de tu geografía oscura

Pude haber bebido la lluvia en tu piel
Atrasado los relojes en Berlín
Matado cien judíos en Hebrón
O musicalizado el evangelio

Pude haberte amado como nadie
Hasta que sangraran tus tobillos
Hasta que naufragara el amanecer
En mis manos arrogantes

Pude haberlo hecho

Pero prefiero beber esta cerveza
Bajo la luz de la luna
Con la mirada perdida del idiota
En los ojos azules de la noche

ÁTICO

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

IMPRESIÓN XIII

Una sombra sombría lleva la siniestra ciencia del amor,
el turbio, verdadero espanto;
lleva la llama helada e infame
hacia un desierto frío de lunas y cenizas muertas.
Por la puerta entreabierta de mis desvaríos
se cuelan el viento y el mármol de tus labios,
y mi lengua entra en tu boca
como un ladrón idiota en un cuarto de espejos.
Sobre tus mejillas sonrosadas
se marchita un lirio de plata,
y una plegaria de hierro
clava el sueño del agua.
De noche todo se calla
y hay un silencio de ventanas,
de cristales repetidos y luces que se apagan,
de primaveras perdidas en el deseo arrinconado,
un silencio cargado de miseria
hacia adentro viajando.
De día el sol conoce un camino
por el que siempre se vuelve,
donde el tiempo guarda el perfume y avienta la pena,
donde el dolor busca pero jamás encuentra.
Amiga de la idea y del crepúsculo
¿qué oro encierra tu melancolía?
Mi corazón cargado se quiebra en tus manos
y tu cabeza en mi hombro pide un tormento mejor,
y mejor callamos cuando estamos a solas,
en las riberas opuestas del sueño compartido
donde Caín es muerto por Abel.

ÁTICO

 


 

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