Prontuario
Igor Sergei Klinki
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APUNTES PARA UNA BIOGRAFÍA VIRTUAL
Poeta
y consultor deontológico ruso virtual nacido en
Kiev (Ucrania) el 10 de octubre de 1959. Militar, espía,
periodista, fotógrafo ocasional, pintor, son algunas
de las actividades que ejercitó, a veces contra
su voluntad..
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Su padre, Vladimir,
era aviador de la Marina de Guerra Soviética y murió en combate
durante la guerra de Afghanistán. Tatiana Alexandrova, su
madre, de origen campesino y ortodoxa militante, había concebido
exactamente un año antes del nacimiento del pueta, un niño
al que habían bautizado Igor Sergei y que falleció a los pocos
días víctima de una enfermedad incurable. Este hecho marcó
a fuego la vida del pueta: sus padres vieron en el nuevo vástago
una reencarnación del primogénito y siempre lo trataron como
tal. Los cumpleaños del pequeño Igor consistían en una tortura
interminable que comenzaba con una visita al cementerio donde
el pueta observaba en silencio su propio nombre impreso en
una lápida. Esto le provocó no pocos desórdenes mentales que
lo revelaron como una personalidad hostil y malhumorada, al
punto que sus progenitores decidieron incorporarlo a temprana
edad a la Academia militar de la URSS para que formara su
carácter y templara su espíritu. Lejos de mejorar, el joven
Klinki experimentó un trastorno mayor y se aislaba con frecuencia
a escribir poemas que luego recitaba a viva voz durante el
rancho y las horas de descanso. Castigado con frecuencia por
estos desmanes, finalmente fue expulsado lo que motivó la
ira de su padre que a partir de entonces le retiró la palabra
para no devolvérsela nunca más. Igor debió entonces marchar
a España, pero al poco tiempo de residir allí, fue contactado
por miembros del espionaje soviético que lo obligaron a llevar
a cabo algunas misiones bajo amenaza de devolverlo a la Unión
Soviética donde sería enjuiciado por traición. Fue entonces
cuando Klinki se instaló en Beijing para infiltrarse en las
filas de la Juventud Comunista China, tal como se le había
ordenado. Moscú se interesaba en la actividad china a partir
de los cambios producidos luego de la muerte de Mao. A los
pocos meses, y gracias a la colaboración de una jovencita
con la que mantuvo un breve romance, consiguió fugar a México
burlando el acoso de los servicios soviéticos. Igor recordaría
siempre a la pequeña Sun Li; prueba de ello son los numerosos
trabajos literarios a ella dedicados (v.gr. Impresión
III).
Corre el año 1983. Igor se emplea como actor de reparto en
una importante cadena de televisión y por las noches
asiste a un seminario de teoría de la comunicación
en la Universidad Autónoma de Chihuahua. Se diploma
de consultor deontológico en Febrero de 1986. En junio,
durante un viaje a la capital, es descubierto por sus compatriotas
y debe emprender nuevamente la huída, esta vez a Cuba
(luego de una breve estancia en Nicaragua donde los misquitos
lo expulsan por considerarlo comunista) convencido de que
allí no podrán presionarlo. Recluído
en un pueblito de Oriente, ocupa su tiempo pintando y escribiendo
sobre la revolución cubana hasta que una noche, bajo
los efectos del ron, sostiene una encarnizada discusión
con un dirigente del partido y atrae la atención de
los agentes de su país lo que motiva su desplazamiento
a Ecuador. La atmósfera enrarecida de Quito no lo atrae
en absoluto, de manera que al cabo de unos meses se instala
en Caracas, Venezuela, acometiendo un prolongado período
de tranquilidad empleado en una compañía petrolera.
En 1989 es acusado de malversación de fondos y se traslada
a Colombia para evadir la acción judicial. Su nuevo
hogar se ve profundamente convulsionado por las guerras entre
carteles, y Klinki teme ser asociado con Pablo Escobar, zar
de la cocaína, con quien mantiene una breve relación
amistosa contra su voluntad. Harto de persecuciones, decide
refugiarse en Bolivia, país que lo atrae enormemente
por haber sido el último destino de Guevara. La suerte
no lo favorece y se ve complicado en una revuelta campesina
por la legalización del cultivo de coca al poco tiempo
de su llegada. Encarcelado como presunto instigador de la
revuelta, conoce a un médico argentino que tiene contactos
con el flamante gobierno peronista del país vecino.
Se establece finalmente en Mar del Plata gracias a la intermediación
de dicho médico, ciudad donde reside en la actualidad.
Es miembro honorario de la Fundación de Poetas. |
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